viernes, 20 de agosto de 2010

Volver a morirse... no es una opción

La extraña sensación de vida, es extraña sencillamente porque pocos tienen la conciencia y recuerdan que SI se encuentran vivos; creo que cuando se mira por primera vez la realidad de "estar vivo" experimentamos un choque tan fuerte que es capaz de sacudirnos desde el alma hasta la piel, un choque que sólo nos motiva a no volver a eso usual, cotidiano, igual que se era antes, en esa medida, volver a lugares, espacios, personas, tiende a ser algo raro cuando ya sabes que hay mucho más, que lo has visto y lo has saboreado. Entonces ¿cómo me siento?, extraño diría yo, no porque me sienta vivo sino porque se que ya lo estoy y en numeradas ocasiones debo ver con tristeza ese estado de coma en el que muchos se encuentran (no puedo decir que sea malo, porque esos muchos lo disfrutan), con resignación sólo se acogen y se aferran a eso como su única opción.

Si me encuentro bien, saludable, es complicado fingir un estado de enfermedad sólo para estar en el ritmo de "vida" de muchos (o todos), la verdad cuando pruebas la vida es muy difícil echar marcha atrás, es como encerrarse y observar el mundo desde una ventana muy pequeña, apreciar el exterior desde allí cuando ya estuviste afuera y conoces la sensación... no creo que el encierro sea igual. Alguna vez me dijeron que "cuando el sabio apunta la luna, el necio está mirando el dedo", somos necios, no lo discutamos ni lo cuestionemos, la cruda verdad es que cuando nos apuntan lo que debemos ver, nos quedamos refugiados en el camino por simple gusto, lo peligroso es que en el camino, aunque hay muchas cosas, no está todo... entonces ¿CÓMO ME SIENTO?, visitando una morgue, en particular una llena de artistas, que creen que expresan, que dicen crear, que sueñan hacer... pero una morgue al final de cuentas, así quiera hacer, tristemente hay infinidad de cadáveres rodeándome, ya muchos murieron y de allí no se levantan, así piensen que si lo harán, pensar que se está vivo no significa que en verdad lo esté.

Me queda un sabor agridulce porque se que saldré de esta morgue de la misma forma en que entré, es agridulce el sabor sencillamente porque tengo la extraña sensación de estar vivo. Chao pues.

jueves, 19 de agosto de 2010

Cosas que pasan o deberían pasar.

Después de un buen rato, cuando muchos desesperan, sin que nada se pueda hacer sino esperar, mi mejor opción es escribir (para el caso de este blog es transcribir), me quiero concentrar en tomar esos rastros de vivencia que acaban de pasar... haber cómo sale, es lo que pienso.

La coincidencia, lo ilógico, lo no planeado, lo inesperado, son elementos para una buena sazón; sencillamente pasa y creo que afecta sin respeto, pregunta o esperando respuesta. Curiosamente quiero escribir de alguna manera donde pueda rescatar la idea y dejar lo evidente a un lado, ser concreto y claro, pero ¿es necesario hacerlo?, no estoy seguro si en este caso lo sea, la verdad en este momento creo que los pequeños pero contundentes detalles siempre logran atraparnos. Muchas veces el mejor momento es ese que no se espera, aquel que no tiene ningún tipo de planeación, el que no es posible atar a ninguna consecuencia o motivo, el que sencillamente aparece... recibirlo es lo ideal. Hay quienes gustan sorprenderse y otros quienes gustan de disfrutar, son dos posibilidades muy válidas (en este momento no estoy seguro si estoy logrando no ser confuso), la sorpresa y el disfrutar, dos buenos elementos que se saben complementar; aveces nos impacta la sorpresa, no es malo, pero nos quedamos sólo con esa sensación; otras veces nos embriagamos del "disfrute" y nos entregamos a sólo eso, a disfrutar sin mayor sorpresa... tal vez a la sorpresa y el disfrutar, les hace falta conocerse, que se escuchen, que disfruten de su silencio, que jueguen un poco, que se complementen... que buena palabra es esa, complemento.

Si bailamos o cantamos, obtenemos una gran sensación, podemos sanar o podemos olvidar, pero sin dudarlo puedo decir que en muchas ocasiones la emoción sube cuando tenemos con quién bailar o quién nos escuche cantar, el punto es cuando sólo nos quedamos con la primera sensación (bailar o cantar) y no nos atrevemos a la siguiente (compartir la sensación), creo que lo que parece perfecto no suele ser lo mejor... ideas sueltas después de todo. Comencé diciendo que los pequeños y contundentes detalles siempre nos atrapan, en esa medida son las "sencillas" formas de sorpresa o la "sencilla" manera de disfrutar los elementos que te sacuden y te dan una esperanza de que siempre podemos encontrar algo diferente, esperar lo que viene como un punto más en una agenda, suele ser una forma de limitarse a un sólo camino... hay cosas que necesitan pasar y no hay que cuestionarlas tanto; esperar, observar, degustar, sorprenderse o disfrutar son en varias ocasiones la mejor sazón. Pásenla bien, chaO.

jueves, 5 de agosto de 2010

Lo que somos

Cuando nos desconectanos de nuestra escencia, el alma y el cuerpo nos piden a gritos que recordemos... es un pensamiento, la verdad me pasó ayer. Citando a un amigo: "sigo la música, no el uniforme", eso puede sacar de quicio a los oscuros chicos de cresta brutal que huyen de babylon (no es ignorancia, es obvio que estoy refiriéndome a muchas "ideologías", no ignoren las comillas) los géneros no dicen quiénes somos, tampoco lo hace la forma de vestir. Si nos rodeamos de hippies no significa que debemos ser uno más, si nuestro entorno es hostíl no significa que debamos actuar igual, para ser polémico no tenemos que justificar lo que envenena como si fuéramos los primeros en la historia de la humanidad en hacerlo. Con lo que nacimos, es lo que somos; lo que se recibió tal vez desde el vientre, lo que nos hacía actuar como niños, lo que buscábamos en aquel entonces; con lo que nos hacemos personas, humanos, gente...eso es lo que somos, lo que nos permite seguir envejeciendo (muchos lo llaman madurar pero no les gusta aprenderlo) eso que hace que los años no pasen en vano y que la vida no se convierta en un parque de diversiones, en una discoteca o en un simple rato agradable, en mi caso mi vida ha sido muchísimo más que un plan de fin de semana.

Lo que alimenta nuestra escencia es definitivamente, parte de lo que somos; alimento, lo que nutre, lo que ayuda, lo que da vida... no lo que hace sentir bien. Personas, momentos, épocas, todo lo que se necesita, no siempre es lo que se quiere, pero es lo que se necesita; las circunstancias muchas veces se interponen en todo esto, pero siempre es bueno volver a ver lo que somos (y eso no lo muestra el espejo). Cuando todo se hace igual, cuando a todo le hace falta algo, cuando no existe esa sensación de estar completo, creo que es muy lógico que el alma y el cuerpo nos piden que recordemos... es sencilla cuestión de ser lo que somos, no lo que muchos quisieran, no lo que vemos que es todo el mundo (o unos pocos "rebeldes", no ignoren tampoco las comillas) tampoco lo que nos hace pensar que somos diferentes, sólo es ser lo que somos y no ponerse a pensar en cómo somos. Es sólo un pensamiento, me pasó ayer y me descansó el alma, me hacía falta recordar eso que soy. Pásenla bien CHAo