Después de un buen rato, cuando muchos desesperan, sin que nada se pueda hacer sino esperar, mi mejor opción es escribir (para el caso de este blog es transcribir), me quiero concentrar en tomar esos rastros de vivencia que acaban de pasar... haber cómo sale, es lo que pienso.
La coincidencia, lo ilógico, lo no planeado, lo inesperado, son elementos para una buena sazón; sencillamente pasa y creo que afecta sin respeto, pregunta o esperando respuesta. Curiosamente quiero escribir de alguna manera donde pueda rescatar la idea y dejar lo evidente a un lado, ser concreto y claro, pero ¿es necesario hacerlo?, no estoy seguro si en este caso lo sea, la verdad en este momento creo que los pequeños pero contundentes detalles siempre logran atraparnos. Muchas veces el mejor momento es ese que no se espera, aquel que no tiene ningún tipo de planeación, el que no es posible atar a ninguna consecuencia o motivo, el que sencillamente aparece... recibirlo es lo ideal. Hay quienes gustan sorprenderse y otros quienes gustan de disfrutar, son dos posibilidades muy válidas (en este momento no estoy seguro si estoy logrando no ser confuso), la sorpresa y el disfrutar, dos buenos elementos que se saben complementar; aveces nos impacta la sorpresa, no es malo, pero nos quedamos sólo con esa sensación; otras veces nos embriagamos del "disfrute" y nos entregamos a sólo eso, a disfrutar sin mayor sorpresa... tal vez a la sorpresa y el disfrutar, les hace falta conocerse, que se escuchen, que disfruten de su silencio, que jueguen un poco, que se complementen... que buena palabra es esa, complemento.
Si bailamos o cantamos, obtenemos una gran sensación, podemos sanar o podemos olvidar, pero sin dudarlo puedo decir que en muchas ocasiones la emoción sube cuando tenemos con quién bailar o quién nos escuche cantar, el punto es cuando sólo nos quedamos con la primera sensación (bailar o cantar) y no nos atrevemos a la siguiente (compartir la sensación), creo que lo que parece perfecto no suele ser lo mejor... ideas sueltas después de todo. Comencé diciendo que los pequeños y contundentes detalles siempre nos atrapan, en esa medida son las "sencillas" formas de sorpresa o la "sencilla" manera de disfrutar los elementos que te sacuden y te dan una esperanza de que siempre podemos encontrar algo diferente, esperar lo que viene como un punto más en una agenda, suele ser una forma de limitarse a un sólo camino... hay cosas que necesitan pasar y no hay que cuestionarlas tanto; esperar, observar, degustar, sorprenderse o disfrutar son en varias ocasiones la mejor sazón. Pásenla bien, chaO.
"A PROPOSITO DE LOS PEQUEÑOS Y CONTUNDENTES DETALLES QUE LOGRAN ATRAPARNOS"
ResponderEliminar“Es probable que el oído sea una extensión de la piel” me dijo aquel. Y es que, si así fuese, seria la triunfal comprensión de algo que mi cuerpo siente cuando escucha un tambor, piano, saxofón, bajos y guitarras que conversan entre si en un lenguaje tan decantado, tan poético y motivador.
Mi cuerpo se vuelve instrumento y aquel que detrás del sonido, lo interpreta. Y entonces soy su dueña, su reina…le pertenezco.
Cuando juntos, sin instrumentos
Cuando perplejo, agoniza.
Y entonces, ella es su dueña, su reina.
Ella le pertenece.
Repiques en el cuero
Cuando mano y cuero
Son cuero, cuero.
Soplos en la boquilla
Cuando boca y boquilla
Son viento, viento
Presiones en las teclas
Cuando dedos y teclas
Son manos, manos
Rasgados en cuerdas
Cuando espaldas y cuerdas
Son caricias, caricias
Silencios en música
Cuando cuerpos e instrumentos
Son suspiros, renacer.