De muchas cosas que pasan una de las que más detesto es tener gripa... si, esta vez no creo que escriba sobre algo más trascendental; pasaré la noche bajo el cuidado de Pax noche, creo que le agregaré jengibre, porque aunque haya gripa hay que cumplir labores (el precio de vivir en una ciudad como Bogotá) pero más importante aún: necesito cantar. Para muchos el arte es sólo un pasatiempo, para otros no es un"trabajo de verdad", para otros es algo "fácil", lo cierto es que requiere tanta disciplina y tanto sacrificio como otras labores (y pues creería que un poco más). Soy músico y eso para muchos es "el inalcansable sueño de ser famoso, rico y asediado por la prensa", para mi es satisfacción, gusto y amor por lo que hago... a estas alturas de mi vida no me imagino haciendo otra cosa diferente, un trabajo de oficina, una rutina de estrés y corbatas, de semanas largas y tragos de viernes, la verdad no quiero llegar a viejo y darme cuenta que mi vida se quedó en el fondo de una botella, en la colilla de un cigarrillo (cigarro como lo dicen los que lo presumen por estas tierras) que seré recordado como "el tipo que siempre llegaba a los planes, eventos, fiestas y demás" que el recuerdo más grato será "aquella borrachera o aquel espectáculo" que la huella marcada en las personas sea el de una silla o un lugar en un cubículo o en una mesa... definitivamente no.
Soy el que canta, el que aprende, el que viaja, el que conoce, el que se ríe y el que lucha por ser algo más que "un buen plan", yo me esmero por eso al igual que muchos colegas de oficio (que cada vez son menos). La música es un oficio para toda la vida, de estudio por siempre, no tiene pagos de cesantías o pensiones, no paga planes de salud, tampoco te da el pago de la prima dos veces al año y mucho menos vacaciones, pero bueno, es el oficio que elegí y creo que el blog no alcanza para dar razones de por qué hago esto. Creo que la música para muchos es algo que sencillamente está, yo creo que es como respirar, tan sencillo, tan complejo, tan importante; todos tienen alguna melodía en la cabeza que los mueve, los estremece, les provoca una sonrisa o una lágrima, les puedo asegurar que un músico (de verdad) tiene melodías, ritmos, tonadas, armonías y hasta sinfonías completas en todo su ser... me esmero por dejar grandes huellas. La gripa sigue y creo que ya es hora de descansar, como dije en un comienzo, Pax y Jengibre me cuidarán hoy jeje, pásenla bien CHAo
martes, 24 de julio de 2012
viernes, 20 de julio de 2012
Palabras y más palabras
¿Y hoy por qué escribo? quizá porque me molesta la falta de palabra, pero bueno al final son tus actos los que terminan hablando. Entiendo que muchas personas deciden actuar igual sólamente para no volver a caer (o sólo ser parte del montón) pero la verdad creo firmemente en aquello de "devolver con cordialidad el agravio", cuando las cosas pasajeras pasen es en ti en el que van a confiar. Las palabras NO VALEN si no están respaldadas por tu actuar, lo triste del asunto es que muchas veces las palabras no están diciendo lo que en verdad se siente, los actos lo hacen... lo ideal bien podría ser lograr armonía entre todo. Prioridades, dicen por ahí; lo que en realidad te interesa, te importa, te mueve, eso debe ser lo primero... si me preguntan es algo injusto con muchas otras cosas y más porque nuestro corazón nos convierte en sujetos parciales que no sólo dejan que la balanza se incline sino que ayudan a hacerlo, las cosas que no son "tan importantes" se convierten en irrelevantes.
La sensasión de un día al año, como la navidad o el cumpleaños, en eso convertimos a los seres humanos, las personas sólo son compañía de una vez (si ya hemos inclinado la balanza, esto puede que cambie) al final de cuentas, son muchas las veces que tratamos a la gente como artículos en una estantería (ya saben, para ver la estantería llena). Otras veces nos damos el lujo de categorizar a quienes nos rodean como "opciones de ocio" y el que más "fiesta" nos dé, termina siendo el que nos mueve. Lo triste del asunto es que preferimos al que nos hace pasar el rato sobre el que nos hace seguir con la vida. Luego de todo esto ¿que sigue? la respuesta es muy fácil: embellecer con palabras, construir con frases un palacio para alojar a esos otros "no tan prioritarios", castillos de naipes si me lo preguntan. ¿Acaso se ha convertido en utopía, la fuerza de las palabras? aveces olvidamos que la mente, las palabras, los actos y los sentires, funcionan en perfecta sincronía, cada uno de esos eslabones es importante y si fallamos con uno, los otros no funcionarán bien.
En una opinión personal, tener palabra vendría siendo la afirmación de lo que somos, nuestras palabras deben confirmar lo que pensamos, lo que sentimos y deben ponerle piso firme a cómo actuaremos, si no hay palabra creo que no es claro lo que se piensa, no es relevante lo que se siente y no será nada bueno lo que se actúe. Lastimosamente existe la adecuada anestecia para cada una de estas cosas, anestecia que actúa como antidepresivo. No nos apresuremos a hablar si es que no podemos respaldarlo, "de lo que rebosa el corazón habla la boca (...) por tus actos serás juzgado o exaltado" La solución no es tan simple, porque esto se convierte en una especie rara de vicio y como todo vicio termina dañando a quienes nos quieren y nos aman. Con una sóla palabra podemos comenzar a labrar un desdichado destino, si nuestros "pilares" no funcionan bien sólo aceleraremos el proceso, entonces ¿hoy por qué escribo? porque me entristece la palabra sin alma. Pásenla bien CHAo.
La sensasión de un día al año, como la navidad o el cumpleaños, en eso convertimos a los seres humanos, las personas sólo son compañía de una vez (si ya hemos inclinado la balanza, esto puede que cambie) al final de cuentas, son muchas las veces que tratamos a la gente como artículos en una estantería (ya saben, para ver la estantería llena). Otras veces nos damos el lujo de categorizar a quienes nos rodean como "opciones de ocio" y el que más "fiesta" nos dé, termina siendo el que nos mueve. Lo triste del asunto es que preferimos al que nos hace pasar el rato sobre el que nos hace seguir con la vida. Luego de todo esto ¿que sigue? la respuesta es muy fácil: embellecer con palabras, construir con frases un palacio para alojar a esos otros "no tan prioritarios", castillos de naipes si me lo preguntan. ¿Acaso se ha convertido en utopía, la fuerza de las palabras? aveces olvidamos que la mente, las palabras, los actos y los sentires, funcionan en perfecta sincronía, cada uno de esos eslabones es importante y si fallamos con uno, los otros no funcionarán bien.
En una opinión personal, tener palabra vendría siendo la afirmación de lo que somos, nuestras palabras deben confirmar lo que pensamos, lo que sentimos y deben ponerle piso firme a cómo actuaremos, si no hay palabra creo que no es claro lo que se piensa, no es relevante lo que se siente y no será nada bueno lo que se actúe. Lastimosamente existe la adecuada anestecia para cada una de estas cosas, anestecia que actúa como antidepresivo. No nos apresuremos a hablar si es que no podemos respaldarlo, "de lo que rebosa el corazón habla la boca (...) por tus actos serás juzgado o exaltado" La solución no es tan simple, porque esto se convierte en una especie rara de vicio y como todo vicio termina dañando a quienes nos quieren y nos aman. Con una sóla palabra podemos comenzar a labrar un desdichado destino, si nuestros "pilares" no funcionan bien sólo aceleraremos el proceso, entonces ¿hoy por qué escribo? porque me entristece la palabra sin alma. Pásenla bien CHAo.
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