El ser humano, tan lleno de cosas... tenemos desde perfume hasta veneno, bien podríamos ser un templo o sólo una maldición vodoo (como sea que se escriba esa palabra jaja) somos supremamente sensibles y caóticamente malvados, lo más curioso es cómo nunca nos damos cuenta de esto. Tenemos un sin fín de sentimientos, muchas veces entregamos cada momento de la vida a toda fibra de sensibilidad, olvidando que existe la razón; tenemos conciencia y cerebro, analizamos y razonamos, resolvemos (y creamos)problemas y pese a esto, insistimos en dejar nuestra vida en manos del azar, a cargo de "lo que sea que vaya a pasar" o "a lo que el destino me depare"... no estoy en contra de eso, lo aclaro, sólo quiero resaltar lo que enuncié en un comienzo.
En esta lógica (si se puede utilizar esta palabra) ¿cómo se puede desarrollar un día?... no se, supongo que nos levantamos con muchas ganas de volver a dormir, maldiciendo el frío y la lluvia pero festejando una ducha caliente (para el que la tiene), luego nos podemos quejar de cada momento del desayuno, pero al terminarlo sin pensarlo sonreímos de satisfacción; si salimos podemos estar mirando mal y hasta odiando a los que, igual que nosotros, salen a su trabajo(estudio o lo que sea)y al mismo tiempo estamos amando profundamente a alguien... podemos anhelar estar con esa persona especial que nos está comenzando a aportar algo y al mismo tiempo podemos estar olvidando a los que hacen esto desde hace mucho. Queremos muchas cosas, codiciamos mucho, pero no queremos entregar nada. Soñamos curar nuestros males, exorcisar nuestras derrotas, limpiar las tristezas, pero al mismo tiempo nos estamos lanzando nuevamente al dolor y el sufrimiento; queremos ayuda pero nos enfurece escucharla. Buscamos oportunidades, nuevos rumbos, pero los menospreciamos cuando los alcanzamos y pensamos en otros... hablamos de disfrutar!!! pero amanecimos maldiciendo la lluvia y el frío.
La incoherencia es un engrane más, somos el lugar de dónde creemos ser y la vida que queremos tener, vemos nuestro mundo como un pequeño vagón de un tren, halado por algo y guiado en un sentido, con ventanas que nos dejan ver un poco de lo que hay alrededor... es curioso cómo nos acostumbramos a quedarnos con lo que mejor se nos acomode. Podría ser pesimista y decir que estamos condenados a esto, que así son las cosas y ya, pero no creo que sea así; me parecería increíble que el ser humano,tan lleno de cosas, se quede en un sólo lugar, por un sólo camino... en un orden de ideas similar puedo decir: nos levantamos listos a comenzar otro capítulo más, tenemos la fortuna de no salir con el estomago vacío, salimos y nos convertimos en uno más que tiene que hacer, uno más que siente y que teme, podemos pensar y sentir, vover a pensar, seguir sintiendo... podemos disfrutar de cómo cuando cesan la lluvia y el frío, podemos respirar mejor y ver todo con mucha más calma. "Ver el vaso medio lleno o medio vacío" la verdad me da lo mismo, porque creo que lo importante está en darse cuenta que hay algo adentro. Es dificil abrir los ojos de vez en cuando, ver que somos parte de algo muuuy grande (y no que somos el centro de eso) estamos llenos de mucho y al mismo tiempo nos sentimos vacíos... que particúlares somos. CHAo pues
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