
Lo interesante de tomar el transporte urbano en mi ciudad es que en medio de tanta indiferencia se pueden ver cosas grandes... para el que quiere verlas. Hoy decidí hacer esto en mi largo trayecto, cuando salí no pude evitar mirar al frente y ver a una mujer muy linda con quien compartía camino, curiosamente tomamos el mismo bus (ella subió antes que yo) y estuvimos a dos puestos de distancia, jamás cruzamos palabra. Junto a ella una niña que no encontró otro puesto cerca a la madre que uno tras ella. Cuando se fué desocupando todo, trataba de adivinar el destino de cada cual y qué tanto afán por llegar tendrían; uno a uno vi cómo se iban parejas, abuelas, hombres, mujeres... luego se bajaron la madre y la niña, se tomaron fuertemente de la mano, como cuidándose mutuamente y cruzaron la calle; al rato se bajo la linda mujer con la que compartíamos camino, espero que con quien se haya encontrado por lo menos haya dibujado una sonrisa por verla.
El turno me llegó a mi, decidí aprovechar el semáforo para cambiar de transporte, lo logré y tuve que viajar de pie. En un par de sillas se encontraban la señora con sus tres hijos, justo atrás un hombre que cualquiera lo tacharía de ladron, juzgando por la forma de vestir, pero si examinaban sus manos, tenía una bolsa con pan. EL popular "trancón" no se hizo esperar y como todo Bogotano en un bus, sólo pude observar por la ventana, mirar por dónde iba y a paso lento ir contando las cuadras que me faltaban para llegar. El hombre con la bolsa de pan se bajó y casi enseguida la familia de las dos sillas, me senté un momento y observé quién estaba a mi lado, un viejo con pantalón blanco y sombrero... al rato llegué a mi destino. Es un espacio de paso, provisional, en realidad para muchos saber de la gente que viaja con ellos no tiene utilidad alguna, pero cuando bajas eres otro que va para algún lado.

De regreso ya muy tarde, tomé un bus de los que tomábamos con mi mamá cuando tenía 8 años. Luego de hacer unas llamadas, veo subir a alguien conocido. Lo miré pero no lograba reconocerlo, lo miré nuevamente y derepente muchas imágenes llegaron a mi cabeza, este tipo subía a los buses a cantar vallenatos, después de un tiempo consiguió una grabadora de pilas y colocaba un CD con vallenatos, cantaba encima; tiempo después consiguió las pistas y ahora... grabó un disco, un video y se va para República Dominicana. Este hombre hizo de un espacio provisional en su espacio diario, por un momento me sentí demasiado ignorante, pensé en la linda mujer, en la señora con sus tres hijos, la madre y la niña, el viejo con sombrero... a los ojos de muchos personas del bus, a los ojos de este hombre personas, sonrisas, aplausos y muchos sueños. Cuando me bajé me di cuenta que no importa que tan largo sea el camino o cuánto tiempo tome en llegar, siempre se llega al destino, a mi me faltaba caminar otro poco más para poder descansar, pero lo que se que tengo en común con todas las personas de los tres buses en los que anduve hoy, es que sé que llegaré también. Los que miramos pa'l frente con deseos de avanzar y no los que esperan llegar con deseos de que se acabe todo... que malo que los mayas, los videntes, astrólogos, los milenaristas y sus publicistas no anden en bus. Pásenla bien CHAo
Lo del Miércoles Pensando en el Viernes
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