viernes, 21 de diciembre de 2012

Crónicas del fin del mundo: Viernes donde nada pasó

Tuve la oportunidad de despertarme temprano por cosas del oficio, a medida que amanecía encontré un cielo despejado y un sol radiante, común en esta época del año por la sabana de Bogotá. Mientras transcurría el día, me imaginaba a todo un mundo incauto en realidad llenos de miedo o con expectativas de que mágicamente por designio de una piedra, sus vidas cambiaran. Mientras presenciaba una de las máñanas más tranquilas y hermosas que he podido disfrutar este mes. Al regresar a la ciudad, fué grande y grata mi sorpresa al encontrar algo calmada mi caótica tierra, la gente sonriente, las empresas y negocios celebrando su última novena del año (en contados casos), en realidad mi gran pregunta fué ¿cómo es posible que existan personas tan amargadas y pesimistas que en realidad crean ciegamente en que todo debe acabar? El día de mañana mi hermanita espera destapar sus regalos por anticipado, si fuera el caso de ellos le dirían que los polos se van a invertir o que los mayas dijeron que este es el cierre de algo o que se acaba el mundo según los supersticiosos... ¿vale la pena?.

Hoy fué un día con una sensasión muy bonita: paz; cosa que no fué predestinada por nadie. imagino a muchos creyendo que serán salvos y serán "mejores" porque el día de hoy hicieron yoga, fumaron marihuana o se unieron con mantras, imagino a muchos incautos con el afán de hacer algo parecido por miedo, lo hermoso es que vi a muchos hacer caso omiso a la superstición y por el contrario, esmerarce por hacer de este un día agradable. Creo que hoy se les pudo acabar el mundo a muchos incautos víctimas de la excelente publicidad que se hizo entorno a este asunto, muchos de los cuales se burlan de mi convicción católica pero que por su lado le tienen fe a una piedra o a un árbol; espero pacientemente a que salgan los primeros "defensores de la verdad" a decir que todo se malinterpretó desde un inicio y que en realidad ocurrirá en 4 o 5 años, espero también ver a los incautos, fieles feligreses de esta nueva, absurda y muy conveniente religión de la segunda década del siglo.

 
Vi gente riendo, vi personas compartiendo, familias jugando en el parque, adolescentes pasándo un buen rato, niños dichosos, vi un día de esos que siempre se necesitan (porfavor no se engañen más y no me vengan con que a esto se referían los mayas) vi gente viva, afrontando la vida como sólo se puede hacer, con los pies firmes y la mente enfocada. Soy conciente de un sin fín de cosas que deben de cambiar en este mundo, creo que lo que me diferencia de muchos de estos personajes es que no soy tan pesimista; puedo ver cosas amables, buenas y desinteresadas, actos coherentes y muchas otras cosas que me demuestran que la gente tiene esperanza en ellos mismos. El que quiere salir adelante o darle lo mejor a su familia, el que quiere que sus hijos sueñen en grande y alcancen metas, el que quiere estar bien, todos ellos son el argumento perfecto para comenzar a replantear en realidad si vale la pena invertir tanto tiempo en la publicidad del "fin del mundo", porque lo gracioso es que todos los que lo profesan se juran salvos y redimidos (si han estado leyendo mi blog sabrán que no soy admirador de esta gente). Pesimistas los llamo, amargados los llamo, no toleran que otros sean felices sin admirar su estilo de vida "natural y sencillo", hoy AGRADESCO a esas personas que pueden sonreir y sonreirse a diario sin andar tragando entero Pásenla bien CHAo.

Lo del Jueves

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